Hoy pensé que si tu eres agua y yo soy el vaso que te contiene, podríamos ser una buena historia.
Yo quiero que tu cuerpo se pegue al mio en las noches que hace frío porque eres curvilínea y eres perfecta para dormir.
Y si tu eres el ave que canta y yo la pared que se derrumba, te hace falta una jaula abierta: voltea a verme, porque yo tengo el alimento que necesitas para mantener a tus hijos.
Si tu eres letras yo podría formarte como verso o como historia, eso ya depende de ti si quieres parecer para el mundo locura o te tiene sin cuidado que canten tu nombre.
No tengo una foto tuya pero ¿para que necesito algo que no puede describir a alguien que no duerme?
Yo te atrapo siendo niña y tu me atrapas toda la vida con juegos y canciones que son simples pero pegajosas.
No he podido ser quien quieres porque no puedo: te mientes a ti misma si crees que yo voy a cambiar, no puedo, es mejor que tengas hijos y cuando yo muera les digas que ellos se parecen tanto a mi y les mientas y les pidas que sean buenas personas y que nunca sean desobedientes y tu historia los convenza y cuando seas anciana ellos velen por el último día donde te retires en paz agradeciendo al mundo la oportunidad de mentirle sobre mi.
Eso a mi no me importa, con tus hijos has lo que se te pegue la gana, pero conmigo y con mi nombre y mis recuerdos has lo que yo te digo: yo soy tu jaula y tú eres un ave que si quiere anida y si no, serás añoranza de un escrito de una historia que nunca fue.
Yo podría ser la cuchara si tu quieres ser yogurth.
Victor Alcázar