Al parecer estos hombres decían las cosas como son y era deseable para ellas.
A las mujeres que les conocieron les parecieron que esa era la clase de persona que deseaban como pareja: fuera lo que fuese, decir las cosas como son era lo más correcto en un mundo de deshonestidad y vanidades.
Mientras las mujeres leían novelas policíacas para descubrir al asesino con esa inteligencia natural que tienen, los hombres sentados enfrente veían sus piernas desnudas mientras leían en ellas historias que solo resultan de un deseo incontrolable por decir:
"Ahora comprendo porque era imposible que yo fuese la presa y te devorara, me encanta ser tú mascota y meterme en tu cama."
Acto seguido hay destrucción de clases y límites, la procreación exige haberlas derribado para unir a la humanidad.
El efecto sensual
Victor Alcázar